RIESGOS FÍSICOS DEL ABORTO:Durante
la intervención: El
método de la inyección salina puede
ocasionar: ruptura del útero, embolismo pulmonar, coágulos intra vasculares... La
inyección de prostaglandinas puede
ocasionar: ruptura del útero, sepsis, paro cardiaco, hemorragias, vómito
y aspiración del mismo, embolia cerebral y fallo renal agudo. Después de la intervención: Infección,
trombosis venosa, embolia pulmonar, inflamación pélvica, Rhizoinmunización,
fiebre, hemorragia intensa, lesiones de útero y cérvix, aborto fallido,
etc., además de las citadas arriba. Esterilidad
debido
a infecciones pélvicas como la salpingitis, que, junto con otras, causan
la muerte de 900 mujeres al año en EE.UU. y un alto riesgo de embarazos ectópicos. La esterilidad se debe también a la retención de partes fetales, y a las adherencias,
lesiones y deformaciones del cuello uterino, donde se produce el moco
necesario para facilitar el ascenso de los espermatozoides. La fertilidad de la mujer española está disminuyendo alarmantemente
en los últimos años, como indican los estudios del CSIC,
debido, en parte, a las infecciones y agresiones que sufre el organismo
de la mujer que se somete a un aborto, así como al uso prolongado de
anticonceptivos. Este riesgo afecta a un número creciente de mujeres,
como indica el último informe del C.S.I.C.: el 39% de las jóvenes que
quedan embarazadas entre los 15 y 19 años en España abortan (en Comunidades
como Madrid, Aragón, Asturias y Cataluña, ese porcentaje alcanza el
52%, 52%, 51% y el 58% respectivamente). En el grupo de edad de 20 a
24 años, el porcentaje de abortos voluntarios es del 25%. Abortos
espontáneos posteriores (3 meses más de riesgo que en la mujer que no ha abortado).
Un estudio de la O.M.S. observó un nivel de riesgo significativamente
mayor de aborto espontáneo en el segundo trimestre, así como partos
prematuros o poco peso del bebé, en mujeres cuyo único embarazo previo
había sido abortado (W.H.O. Task Force, 1979). Problemas
con hijos posteriores: mayor probabilidad de malformaciones,
partos prematuros o bebés de bajo peso, muerte neonatal temprana (doble de riesgo que en la mujer que no ha abortado) o tardía (3 a 4
veces más riesgo). Bloqueo
de trompas y aumento del riesgo de padecer cáncer de útero, cérvix,
y mama.
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